Conducción:
Detuvieron a una mujer de ciudadanía boliviana e incautaron droga y dinero en efectivo. Pero lo más sobresaliente del operativo es que logró desarticular una “cocina de cocaína”, una especie de laboratorio casero donde se transformaba la pasta básica de cocaína (PBC) en clorhidrato de cocaína.
El caso reúne todos los ingredientes que bien podrían servir para el guion de una serie de plataforma de entretenimiento, pero lo que encontraron los efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) no era ficción: una mujer que hablaba en quichua para no ser descubierta, autos de alta gama que frecuentaban el lugar y un hombre al que apodan “El Patrón”.
La investigación comenzó a principios de año y estableció que una mujer se encargaba de la producción, distribución y acopio de estupefacientes en pequeñas y grandes cantidades en su vivienda del Barrio 9 de Abril -en Lomas de Zamora- provincia de Buenos Aires. Asimismo, surgió que tenía relación con un hombre, alias “El Patrón”, subordinado a sus actividades.
Se registraron además la llegada de potenciales compradores en vehículos de mediana y alta gama, conductas que hacían presumir el expendio de drogas a mediana escala, como así también que la involucrada llevaba a cabo algún tipo de actividad que podría estar relacionada con el estiramiento de la sustancia o algún proceso químico de la misma.
La mujer hablaba en quechua para encriptar sus conversaciones, para lo cual se contó con la colaboración de personal de la PFA idóneo en esa lengua con el fin de develar el contenido de varios diálogos.
Reunidas todas las pruebas aportadas por los efectivos de la División Operaciones Área Metropolitana Sur de la Superintendencia de Drogas Peligrosas y tras surgir de taras de inteligencia criminal sobre la posibilidad de recepción de una remesa de drogas por parte de la involucrada, el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 1 de Lomas De Zamora a cargo de Federico Villena -Secretaría Nº 1 de Sabrina Fanello- ordenó tres allanamientos.
Durante los operativos se detuvo a la cabecilla y se secuestraron 1.9 kilos de cocaína, 5.5 kilos de pasta base, una bolsa con varias cápsulas usadas y rotas, de látex utilizadas comúnmente en el tráfico internacional de drogas con la participación de las denominadas «mulas”, 20.000 pesos en efectivo, varios elementos para la producción y fraccionamiento de las sustancias, dos balanzas de precisión, herramientas de corte y fraccionamiento, de cocina y almacenamiento, una garrafa, un mechero, un tacho de plástico vacío y cápsulas de látex entre otros elementos de interés para la causa.
Es importante señalar que durante los allanamientos se encontró una gran cantidad de ovoides de látex vacíos con resto de pasta base en su interior, siendo un recurso usado generalmente para el transporte de estupefacientes mediante la modalidad ingesta, pudiendo almacenar cada uno de ellos 5 gramos de sustancia. Este modus operandi es utilizado frecuentemente por las organizaciones criminales para el traslado de narcóticos desde los países de producción (Repúblicas del Perú y Bolivia) hasta nuestro territorio valiéndose del servicio de personas que acceden a ingerir estos envoltorios arriesgando su propia vida, motivados por necesidades económicas, conocidos en la jerga como “mulas” o “camellos” o “burriers”.
La existencia de una “cocina de cocaína” se evidenció por los recipientes empleados para el proceso químico en cuestión, ollas y demás elementos de filtrado, los que presentaban restos de pasta base y de clorhidrato de cocaína al igual que utensilios con precursores químicos necesarios para el proceso.
El procedimiento contó con la cooperación de personal de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, de la Superintendencia de Bienestar, la Dirección General de Sistemas contra el Narcotráfico y de la Dirección General de Orden Urbano y Federal.
La detenida, un mujer boliviana de 38 años de edad, quedó a disposición del magistrado interventor por infracción a la Ley de Drogas.