La Scaloneta se impuso sobre La Selecta por 3 a 0 con goles de Cristian Romero, Enzo Fernández y Gio Lo Celso.
La Selección le saca lustre a la chapa de campeón. La Scaloneta entrega un espectáculo aunque el rival no esté a la altura, aunque el estadio muestre demasiados claros para ver a semejante equipo, aunque el frío sea tan fuerte que los suplentes debieron cubrirse con frazadas en el banco. Argentina paga la entrada, juega con seriedad, muestra esa voracidad competitiva, y eso que Leo Messi vio todo por TV desde Miami, mientras se recupera de una lesión muscular. Más allá de ser el número 1 del mundo, de los tres títulos en fila (Copa América, Finalissima y Mundial), es un grupo que va por más, que quiere seguir logrando cosas y la competencia interna que proponen los jóvenes que piden pista, no deja que los eternos campeones se duerman en los laureles.
Ante una pobre El Salvador -ranking FIFA 81°, que hace 20 partidos que no conoce el triunfo-, la Selección mostró que está con la guardia alta, que le sobra calidad, que este amistoso que pareció una práctica a puertas abiertas fue un lujo. El DT usó el primero de los cuatro amistosos previos a la Copa América para hacer pruebas, para pensar variantes en una lista de 23 (20 de campo y tres arqueros) que será difícil de armar. Buscó variantes desde el vamos con una línea defensiva inédita, con Nehuén Pérez de cuatro, con Tagliafico de seis y Nico González de tres. Es verdad que el rival jugó replegado con un 4-5-1, que casi no pasó la mitad de la cancha, pero la Selección siempre tomó el partido con responsabilidad. Entonces, el equipo fue insaciable desde el vamos, con un 4-3-1-2, con Lo Celso de enganche, con una posesión que rompió las métricas. La Scaloneta comenzó a cumplir con lo obvio, que era ganar y hasta golear. Pero también gusta, y mucho.
Llegó el primero temprano con el cabezazo de Cuti Romero (asistencia/corner del capitán Di María), al ratito el segundo de Enzo Fernández, tras una gran jugada colectiva, y en el primer tiempo pudieron ser muchos más goles que el 2-0, pero faltó precisión en el último pase para que Lautaro Martínez, de gran sentido colectivo, se sacara la mufa y pudiera romper una sequía en la Selección: ya lleva 16 partidos sin meterla. Fue un monólogo de toques comandado por un buen Paredes y secundado por un team al que le sobran volantes de calidad.
En el segundo tiempo siguieron las pruebas. Tácticas, para volver al 4-3-3, con Garnacho jugando 45’ de extremo izquierdo y mostrando su calidad; también se dio el debut del Colo Barco en la Mayor, como lateral izquierdo, y también hubo muchos minutos para Facu Buonanotte, jugando de interno por la derecha, tras ingresar por De Paul. Los chicos piden pista, pero los medianos y los grandes los cuidan, dando el ejemplo. El tercero lo hizo Lo Celso en el amanecer del segundo tiempo, tras una gran asistencia de Lautaro, y el 3-0 quedó corto, porque la Selección tuvo chances para hacer un par más -la más clara fue un zapatazo de Di María, tras una lindo pase de Garnacho.
Argentina pasó la primera fecha FIFA de una buena manera: ganó, gustó y goleó. A Scaloni le sirve para sacar conclusiones, porque le espera una dura tarea: mantener a la Selección en lo más alto. Como dijo el entrenador en la previa, quiere un grupo que siga compitiendo en el más alto nivel, y los jugadores le respondieron en la cancha.