Terremoto en Marruecos: ya hay más de 2.000 muertos y aceleran la búsqueda de sobrevivientes

Los rescatistas aceleraron este domingo la búsqueda de posibles supervivientes atrapados bajo los escombros de las localidades arrasadas en Marruecos por un violento terremoto, que ya dejó al menos 2.122 muertos y 2.421 heridos.

El sismo ocurrido en la noche del viernes fue el más potente desde que hay registros modernos en este reino del norte de África. Tuvo una magnitud 6,8 según los servicios geológicos estadounidenses y 7 según el centro marroquí para la investigación científica y técnica.

Este es el terremoto más mortífero que golpea este reino desde el sismo que destruyó Agadir, en la costa oeste, el 29 de febrero de 1960, cuando, casi 15.000 personas murieron, un tercio de la población de la ciudad.

La provincia de Al Hauz, epicentro del sismo, fue la más golpeada, seguida de Tarudant. En estas dos zonas situadas al sudoeste de la turística ciudad de Marrakech, la sacudida destruyó aldeas enteras.

Un nuevo sismo golpeó a Marruecos

En tanto, un nuevo terremoto de magnitud 3,9 en la escala Richter sacudió hoy esa región, informó la agencia Europa Press. El nuevo sismo se produjo a las 7.59 hora local en una zona montañosa situada en el sur de la región de Marrakech-Safí.

El epicentro fue ubicado a 10 kilómetros de profundidad, a medio camino entre las ciudades de Marrakech y Agadir.

El desgarrador testimonio de los sobrevivientes del terremoto marroquí

El domingo, muchos residentes acudieron a los hospitales de esta ciudad para donar sangre para las víctimas.

«Lo perdí todo», lamentó Lahcen, un hombre que perdió a su mujer y sus cuatro hijos en la localidad de rural de Moulay Brahim, en la zona montañosa del Alto Atlas. «Lo único que quiero es alejarme del mundo y hacer mi duelo», dijo el padre de familia que se salvó de morir porque estaba fuera de su casa en el momento del sismo.

«Tres de mis nietos (de 12, 8 y 4 años) y su madre murieron. Están todos debajo de las ruinas», contó desolado Omar Benhanna, de 72 años.

El sábado, muchos de los supervivientes acudieron al cementerio para el entierro de unas 70 personas, en ceremonias desoladoras marcadas por los gritos y el llanto.