El peronismo salteño rechazó con firmeza la intervención del Partido Justicialista (PJ) de Salta decidida por Cristina Fernández de Kirchner, actual titular del PJ nacional. La medida, que busca «poner orden» dentro del partido, fue calificada como arbitraria e ilegal por la dirigencia local, que anticipó acciones judiciales para impugnarla antes de las elecciones provinciales del 11 de mayo.
La intervención fue justificada por el kirchnerismo debido al comportamiento de tres diputados nacionales salteños, que habrían votado en línea con las propuestas del presidente Javier Milei, distanciándose de la línea tradicional del peronismo kirchnerista. En respuesta, el PJ salteño negó cualquier desorden interno y acusó a la intervención de ser una cuestión de disciplinamiento político más que organizativa.
La decisión fue recibida con sorpresa y rechazo, y el PJ de Salta expresó su postura en un comunicado oficial, en el que cuestionaron la falta de fundamentos y la imposición desde Buenos Aires. Los dirigentes locales ratificaron su compromiso con un peronismo autónomo y federal, rechazando lo que consideran un ataque centralista que socava la democracia interna y la autonomía de las provincias.