Sebastián Reyes: «Salta para mi era una deuda pendiente como lo era Jujuy y la Patagonia»

Sebastián Reyes fue criado en Lobo en cuna de artistas, con su papá y abuelo músicos, tuvo un condicionamiento al que no se pudo negar, la música. Desde niño estuvo rodeado de acordes y a los 15 alguien lo escuchó cantar y lo llevo a un bar. «Fue horrible porque no pegaba un acorde, fue la primera vez que subí a un escenario», dijo. Allí empezó a interpretar canciones de Sui Generis y Roque Narvaja.

En su juventud lo mandaron a estudiar a una escuela técnica debido a sus problemas de conducta. Cuando se dio cuenta que no era lo que quería decidió ir al conservatorio nacional y estudió la carrera superior, después un profesorado universitario y finalmente en el IUNA.

En un momento de su vida pasó por muchos altibajos emocionales y gracias al impulso de una novia decidió empezar a viajar. «Una novia italiana me dejó 5 dólares y me dijo que era para que empiece mi viaje», contó. Es así que decidió viajar España y allí empezó a cantar en el metro. «Para alguien que era profesor superior fue humillarme en el buen sentido de la palabra, tocaba ahí Zambas, Chacareras ya algún Escondido», dijo.

En su vida tuvo muchas vivencias y se cargó de anécdotas que hoy lo traen por Salta. Según contó Sebastián desde chico se rodeó de música folclórica y asistía a peñas. Sus referentes eran J. Manuel Castilla y el «Cuchi» Leguizamón. «Salta para mi era una deuda pendiente como lo era Jujuy y la Patagonia», afirmó.

Actualmente tiene un grupo musical que se llama Onicoriun, que es el anagrama de Unicornio, nombre que quería usar pero ya existía un grupo musical con ese nombre. Su música está distribuida en plataformas virtuales como YouTube, Spotyfi, también en las redes sociales Facebook, Tweeter e Instagram @onicoriun.

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