Este jueves, la causa por el crimen de Natalia Melmann sumó un paso clave. La Justicia extrajo sangre de tres policías sospechosos de haber participado en el femicidio, con el objetivo de cotejar su ADN con un rastro genético que se encontró en el cuerpo de la víctima.
El procedimiento se llevó a cabo desde las 11 en la Asesoría Pericial de Mar del Plata después de que la fiscal de la causa, Ana María Caro, y la abogada de los Melmann, Josefina Rodrigo, pidieran avanzar con la comparación de las pruebas genéticas de un grupo reducido de policías que estuvieron presentes la noche del crimen.

Se trata de los efectivos Ángel Custodio Sánchez, Osvaldo Alfredo Sissi y José Luis Morillo, que estuvieron de guardia el día que Natalia fue secuestrada, torturada, violada y asesinada.
La familia no pudo presenciar las extracciones por un recurso que interpuso la abogada de los policías. De todas formas, tuvieron a una perito que los representó y fue testigo de la medida. “Es parte de una jugada de molestar por parte de quien defiende a los policías. Aparentemente también va a haber una testigo de la Policía Federal controlándonos como si nosotros fuéramos los delincuentes, nos parece aberrante. Durante estos 24 años, tomamos con demasiada cordura todo lo que pasó“, cuestionó Gustavo, el papá de Natalia.
Según detalló, los resultados pueden tardar como mínimo dos meses. Estas pruebas se sumaron a las otras cuatro extracciones ya obtenidas del excomisario Merillo, el sargento Borra, el comisario mayor Oroz Mieres y Enrique Diez, dueño de la casa donde fue llevada la joven por última vez, que todavía no se enviaron al centro pericial para analizar.










